miércoles, 30 de enero de 2013

Grieguerías.





Estas Grieguerías están inspiradas en las Agreguerías que ensayé y publiqué en esta misma bitácora —cuyo antecedente son las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna, particularmente las que personifican a las letras del abecedario.

Se trata de pequeños textos dirigidos, sobre todo, a helenistas, helénicos y helenófilos que, sin embargo, no dudo puedan disfrutar matemáticos, arquitectos, historiadores, filólogos...

A mí siempre me emociona escribir sobre Grecia porque es una cultura a la que amo profundamente —desde las etimologías de la secundaria, el estudio del griego antiguo en la Universidad Pontificia de México, la visita al país en el año de 2008, el gozo de escuchar su música y conocer a los cantantes y compositores, hasta llegar a la traducción de algunos de los poetas, ya sea de la Antología Griega, ya sea contemporáneos.

Un tributo humilde, pero sincero a la cultura griega.










Α´ (1).
Atenas es la ciudad fénix cuyo futuro emergió de las ruinas.



Β´ (2).
Color mental: Grecia es azul.



Γ´ (3).
Cuando los griegos preguntan en la escritura, pareciera que hacen un cambio de idea.

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Alusión a las reglas de puntuación griegas donde el punto y coma lo utilizan como signo de interrogación ( ; ); para el punto y coma colocan en la parte de arriba de la frase ( ˙ ). El signo de exclamación es igual, pero sólo colocado al final de la frase —como el de interrogación.



Δ´ (4).
Los viejos espíritus griegos ya no acompañan a las palabras modernas.

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Los espíritus griegos son símbolos que se escriben sobre una vocal, diptongo o letra ro (Ρ, ρ) iniciales de palabra. El término espíritu significa “aliento” o “soplo” porque expresa la presencia o ausencia de una aspiración [h] al inicio de una palabra. El espíritu áspero ( ‘ ) indica la presencia de esta aspiración, el espíritu suave ( ) indica su ausencia.
Los espíritus se colocan encima de una letra minúscula: , , , ; a la izquierda de una letra mayúscula: , , , ᾿Ρ; y sobre la segunda vocal de un diptongo: α, α, Α, Α.



Ε´ (5).
La χ (ji) es la pinza de ropa que cuelga del tendedero del párrafo.



ΣΤ´ (6).
La θ (zeta) es el ojo con que nos mira la Grecia Antigua.



Ζ´ (7).
Cuando se reúnen con otras palabras, algunos vocablos griegos se peinan el copete para atrás (por eso de la envidia y el ego).

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Alusión al fenómeno donde algunas palabras con acento agudo cambian a grave cuando se relacionan con otras en una frase. Por ejemplo. la palabra πολλά: πολλὰ τὰ δεινὰ κοὐδὲν ἀνθρώπου δεινότερον πέλει. (Cambia a grave porque le sigue τά, que lleva acento.)



Η´ (8).
La π (pi) es el capitel de la columna jónica.



Θ´ (9).
Algunas letras del alfabeto griego lucen sus peinados de salón: δ, ζ, λ, ξ...



Ι´ (10).
La Ω (omega) tiene algo de final de tragedia griega.



ΙΑ´ (11).
La τ (tau) es el piolet, bastón de alpinismo, con que el alpinista intentó escalar el Olimpo.


                                           
ΙΒ´ (12).
El mar (θάλασσα, en griego) se pone sus anteojos para ver el horizonte.



ΙΓ´ (13).
Dentro del mar (θάλασσα) nadan tres peces globo.



ΙΔ´ (14).
La η (eta) es deforme: además de una pierna más corta que la otra, sólo tiene una oreja.



ΙΕ´ (15).
La Π (pi) es la parte del pronaos del Partenón que sobrevivió al tiempo.



ΙΣΤ´ (16).
La ρ (ro) es una pe que suena a erre (en español).



ΙΖ´ (17).
La Humanidad usa el tridente de Poseidón como tenedor: ψ (psi).


                                                                                                               
ΙΗ´ (18).
Algunas letras griegas son precursoras de los comics, tiras cómicas: , , ά, , , ...



ΙΘ´ (19).
Las vocales griegas son “grafopófagas”: se comen a sus congéneres con una coma alta.



Κ´ (20).
La ω (omega) es el trasero del helenismo.



ΚΑ´  (21).
La μ (mi) es una u española que aprendió griego.



ΚΒ´ (22).
La Γ (gamma) es el futbolista que anota un gol de “chilena”.



ΚΓ´ (23).
La Φ (fi) es la lámpara que alumbra la palabra φωτιά, fuego.



ΚΔ´ (24).
El griego es la matemática de las lenguas.



ΚΕ´ (25).
La β (beta) es el bebé que parió la mujer embarazada.




En el Parlamento Helénico, frente a la Plaza Sintagma. Atenas, Grecia. Recuerdo la tranquilidad de aquella hermosa ciudad, tan diferente a las imágenes que la Hélade ha mostrado al mundo últimamente.

domingo, 20 de enero de 2013

XX Agreguerías. Parte XXV.


CDLXXXI.
Los boxeadores siempre se van a dormir de golpe.



CDLXXXII.
Las tiendas venderían muchos más sillones si los ofrecieran como la “cama de la sala para maridos”.



CDLXXXIII.
Los arqueólogos desempolvan la Historia con su escobilla.



CDLXXXIV.
Cuando desde el suelo saludo a la distancia a un conocido que se encuentra en el piso alto de un edificio, me siento como un niño que, desde su infancia, se despide de un anciano en las postrimerías de la vida.



CDLXXXV.
Al caminar por la calle y ver a un par de sujetos con abdómenes abultadísimos —y un tercero de espaldas en medio de ellos—, me detengo expectante para presenciar el inicio del encuentro de zumo.



CDLXXXVI.
A los vikingos los engañaban sus esposas.



CDLXXXVII.
La sopa de letras da la sensación de que uno se come sus propias palabras.



CDLXXXVIII.
Con razón los recién nacidos berrean al llegar a este mundo.



CDLXXXIX.
La elucubración lubrica el cerebro.



CDXC.
Los sismólogos interrogan a la tierra con sus polígrafos gigantes.



CDXCI.
Nos creemos artesanos del vidrio cuando hacemos burbujas al soplarle a la leche con chocolate.



CDXCII.
Algún bromista le puso las ruedas de orejas a la cámara cinematográfica antigua.



CDXCIII.
El viejo sordo no puede escuchar la música porque olvidó su cuerno en el fonógrafo que suena.



CDXCIV.
Nuestros presumidos antecesores solían viajar en automóviles de colección.



CDXCV.
Las ramas de los árboles son las venas salientes del cielo.



CDXCVI.
La Humanidad zarpó de 1900 y aterrizó en 1999. 



CDXCVII.
La Remington le esbozaba una sonrisa a quien se sentaba a escribir en ella.



CDXCVIII.
El perro de casa me olisquea con reproche al percibir el olor de otro perro con el que jugueteé en la calle.



CDXCIX.
Las manos son el espejo donde se reflejan nuestros años.



D.
Las polillas son la corbata de moño con que se atavía la Muerte cuando asiste a los sepelios.




Ramón Gómez de la Serna (1888-1963). Creador de la greguería.

viernes, 18 de enero de 2013

XXV Maxinimias, parajodas, refracciones, desdichos y mandamentadas. Parte 3.


LI.
A tal grado aprendí de los errores de mi vida, que sólo los vuelvo a cometer para repasar lo aprendido.



LII.
En estas cenas de Navidad y Año Nuevo voy a tragar como puerco acompañado por mis cerdos queridos.



LIII.
Las personas que aparecen y nos buscan con tanto apremio para que les hagamos un favor, se esconden y desaparecen cuando nosotros queremos pedirles alguno o cobrarles el que hicimos.



LIV.
El suicida siempre ha de morir en el intento.



LV.
Le contestamos el teléfono al cobrador sólo para decirle que no estamos en casa: que nos marque después.



LVI.
Por la programación banal de los canales televisivos pareciera que los que hacen televisión sólo ven televisión.



LVII.
INDEFINICIÓN (4). Extinto: Dícese del vino —y en el caso de Colombia, el café— que se acabó.



LVIII.
Si Picasso atravesó por su célebre “período azul”, no veo por qué no puede haber pintoras que tengan su “período rojo”.



LIX.
Con la muerte de “El solitario George” el planeta pereció un poco más.

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Lonesome George fue el último ejemplar conocido de la especie Chelonoidis abingdonii, tortuga gigante de las Islas Galápagos. Murió el 24 de junio de 2012 sin dejar descendencia, lo que supone la extinción de su especie.



LX.
Los acá-de-micos-de-la-lengua son un grupo de viejos impotentes que dan cátedra sobre la fertilidad del lenguaje.



LXI.
Yo ya escribía greguerías mucho tiempo antes de que supiera lo que era una.



LXII.
INDEFINICIÓN (5). Trigonometría: estudio del trigo y su crecimiento.



LXIII.
Al menos hay que ser agradecidos con quien nos da de tragar.



LXIV.
El pendejo lo es por lo que dice, pero, sobre todo, por lo que hace —se entiende: lo que deja de hacer.



LXV.
Lenguaje es todo aquello que está fuera de la Academia de la Lengua. :P



LXVI.
Los inmorales reprueban la conducta de los demás con el tache de la cruz.



LXVII.
Mis libros sólo se los obsequio a quien sepa leer: por eso no se los doy a los intelectuales.



LXVIII.
La momia muerta vive entre los vivos que mueren.



LXIX.
¡Dios mío, el incrédulo no es alguien que crea: es alguien que creyó!



LXX.           
Desdicho 2.
“Para pendejo no se estudia, se trabaja.”



LXXI.
Yo prometí que cambiaría, ¡pero jamás dije que para bien!



LXXII.
Si no les gusta lo que leen, ya lo leyeron.



LXXIII.
Yo siempre apoyaré incondicionalmente a la “equinidad de género”.



LXXIV.
El inconveniente de la aparición de la inocencia en este mundo es que todos la quieren pervertir.



LXXV.
No es de extrañar que un estúpido gobierno pretenda apagar una revuelta social lanzándole agua.




miércoles, 16 de enero de 2013

XX Agreguerías. Parte XXIV.


CDLXI.
Las llaves son niñas a las que les gusta jugar a las escondidas.



CDLXII.
Desde la infancia “Macedonia” me suena a “cerámica”.



CDLXIII.
Al escuchar el nombre “El Perú” inmediatamente pienso en “la llama”. (La agreguería no está en el texto sino en el proceso mental.)



CDLXIV.
La letra d es una p que nos ve de cabeza.



CDLXV.
La g es el matrimonio de la o con la j, donde la última perdió su nombre de soltera.



CDLXVI.
El acuarelista se siente como pez en el agua cuando pinta un paisaje con lago.



CDLXVII.
El reloj enterrado en la arena es el tiempo eterno muerto.



CDLXVIII.
Las casas están llenas de venas: tubos de drenaje, cables de luz...     



CDLXIX.
El día en que se mueren, las personas prefieren no levantarse de la cama por el dolor de espaldas que les da.



CDLXX.
El chile es una nariz sin cara.



CDLXXI.
Con la mitad de la cara cubierta por el abanico, la geisha analiza si le mostrará al hombre todas las cartas de su juego.



CDLXXII.
¡Quiero hacer un brindis por las copas de los árboles!



CDLXXIII.
A las siluetas les gusta ir a la sala de cine.



CDLXXIV.
Ese eco ya lo había escuchado antes.



CDLXXV.
Los biógrafos también se mueren al final del libro.



CDLXXVI.
Le estoy contando un cuento al libro que leo.



CDLXXVII.
A veces al mar le gusta peinarse con copete de ola.



CDLXXVIII.
No Ramón, maestro, “las rosas no se suicidan”; las rosas simplemente se cortan las venas.



CDLXXIX.
Cuando en la calle nos topamos con alguien que creemos conocer, mentalmente revisamos los fotogramas de la película de nuestra vida para ver si damos con su rostro.



CDLXXX.
Como el vino que se hace vinagre con el tiempo, el semen de la juventud se nos convierte en orines de ancianos.








Epigrama. Sobre Felipe Calderón y Benedicto XVI.


[Epigrama sobre Felipe Calderón durante la visita de Benedicto XVI a México, en vísperas de las elecciones presidenciales del año 2012.]

(Cuarteta dodecasilábica monorrima)


En el besamanos de Guanajuatillo
nuestro presidente Felipillo, pillo,
politicastro —que no politiquillo—,
sirviendo PAN y vino, fue mona-grillo.

_____
Guanajuato. Uno de los 32 estados de México.
Felipe Calderón Hinojosa (1962). Presidente de México (2006-2012).
PAN. Partido Acción Nacional. Partido político al que pertenece Calderón.
Grillo. Politicastro. En México se le denomina coloquial y peyorativamente “(la) grilla” a la política. 





24 de marzo de 2012.

Epigrama. Dos ancianos.


Epigrama. Dos ancianos.

(Cuarteta octosilábica)


Dos ancianos se casaron,
y en vez de “¡Viva los novios!”,
los casinos exclamaron
con gusto: “¡Arriba los momios!”



domingo, 13 de enero de 2013

XX Agreguerías. Parte XXIII.


CDXLI.
Algo —aún no sé qué— me pareció ilógico en aquella sangrienta pelea callejera entre payasos.



CDXLII.
Al casado infiel le indigna profundamente que le hayan adulterado la bebida en el bar.



CDXLIII.
El olor y el sabor de la comida me despiertan la memoria de la infancia.



CDXLIV.
Todos tienen un precio en este mundo; incluso la letra $.



CDXLV.
Los que tienden toallas blancas en el balcón le piden públicamente tregua al trabajo para irse de vacaciones.



CDXLVI.
Cuando un obeso gigantesco, agitado por caminar, me habla, experimento la sensación de que el mundo se va a acabar pronto.



CDXLVII.
¡Qué inefable sensación debe experimentar el náufrago del amor cuando toca cuerpo firme!



CDXLVIII.
La palabra “preámbulo” siempre me sonó a una puerta que se abre antes de dejarme pasar.



CDXLIX.
Un chango que se cae de cabeza “se mete un changadazo”, no un “chingadazo”.



CDL.
Quien, de espaldas, no encuentra la llave de la cerradura, se orina en nuestra imaginación.



CDLI.
Nuestras abuelas se escarbaban la mugre debajo de las uñas mientras simulaban tejer con sus agujas.



CDLII.
El sillón antiguo está en cuarentena en el ático porque le brotó el salpullido de botones.



CDLIII.
Las ballenas son estornudos de mar.



CDLIV.
Un disco compacto con canciones de los sesentas es un frisby, plato volador, que regresa a nuestras manos con los recuerdos de aquella época.



CDLV.
No me parece bien que esté prohibido correr dentro del edificio de correos.



CDLVI.
¡Qué ocurrentes aquellos padres de la patria que nombraron a sus hijos ilustres con el nombre de las calles de las ciudades actuales!



CDLVII.
La radiografía es una foto fragmentada del esqueleto.



CDLVIII.
El creador le puso “los pies” al revés al grillo.



CDLIX.
Pareciera que la lata tiene hambre de que nos la comamos en cuanto la abrimos.



CDLX.
La tierra es anciana: lo sé por las nubes.