domingo, 4 de agosto de 2013

XX Agreguerías. Parte XXXI.

DCI.
Cuando el ventrículo le falló al ventrílocuo se le hizo un nudo en la garganta.



DCII.
Descripción visual de la greguería. Juntar los dedos de ambas manos semejando un corazón —la figura idealizada y sensiblera de uno: —, y saber que eso no es cierto, mientras nuestros ojos lo contemplan.



DCII.
No hay que olvidarse de la memoria.



DCIII.
La canela sabe a corteza de árbol.



DCIV.
Los grandes camiones se peen al enfrenarse.



DCV.
Los camellos echados semejan rocas inertes en el inmenso desierto.



DCVI.
Sólo a quien se las extraen, sabe por qué son las muelas del juicio... final.



DCVII.
Cuando el efecto de la anestesia pasa, se corre la cortinilla del dolor.



DCVIII.
Hay paraguas cerrados que parecen ramos de flores que se ofrecen al cielo para que no llueva.



DCIX.
El ególatra es un megalómano sin recursos.



DCX.
Los cockers spaniel blancos con café tienen el semblante triste de un payaso.



DCXI.
Hockey: boxeo sobre hielo.



DCXII.
Los rayos nacen de los trazos que el niño hace sobre la hoja de papel.



DCXIII.
Alguien les dio de beber demasiada agua a las mujeres embarazadas.



DCXIV.
Los periodistas son los mercenarios de la información.



DCXV.
En el interior de la habitación, los zancudos se vuelven invisibles e invencibles por la noche.



DCXVI.
Los creyentes que se llevan el rosario a la boca, se comen nerviosos las uñas mientras aguardan por la respuesta divina que solicitaron.



DCXVII.
El cuchillo con mango de madera saca a la superficie su aleta de tiburón.



DCXVIII.
El salero es la maraca que le da sabor a la comida.



DCXIX.
Si continúan llenando frascos de pimienta en polvo con arena, pronto desaparecerán los desiertos.



DCXX.
El pimiento morrón es el farsante de los chiles.





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