martes, 20 de noviembre de 2012

Pero qué broma tan pesada nos jugaron...



Pero qué broma tan pesada nos jugaron
cuando nos expulsaron de la nada
hacia la tierra por entre las piernas.

Ni siquiera nos preguntaron si queríamos
ser, si queríamos venir a este mundo:
respirar y morir contra nuestra voluntad.

Simplemente nos abandonaron a la suerte:
nos vistieron, nos enseñaron a fingir
y nos condenaron antes de nacer.

Si me hubieran consultado, yo habría
preferido ser un árbol, una roca o el mar;
no un monstruo arbitrario como ustedes.

Vivir es la única manera que conozco
de sobrevivir a esta bendición maldita
que apenas dura una larga existencia.





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